Tras la devastación de la Muerte Negra, el Humanismo y el Renacimiento abrieron la puerta a un nuevo entendimiento de lo que significa estar en el mundo a través de la filosofía, el arte, la arquitectura, la literatura, y muchos otros campos del conocimiento. Hoy experimentamos colectivamente un trauma de proporciones similares: América Latina ha experimentado la forma más dura de este nuevo Apocalipsis, y hemos visto cómo sistemas de salud, economías, aparatos políticos y estructuras sociales han colapsado bajo el peso de la peste. Nos encontramos con la necesidad de inventar nuevas formas de estar en el mundo que nos permitan recuperarnos del trauma que hemos vivido y construir las bases para una nueva prosperidad compartida, concebida desde nuestras propias realidades. El diseño puede y debe jugar un rol central en este proceso. Podemos asumir el desafío de diseñar modelos completamente nuevos — inclusivos, creativos, y regenerativos. A través de la exploración de tres historias de diseño basadas en el Perú quiero rescatar aprendizajes sobre qué significa hacer diseño desde América Latina, y cómo eso puede ayudarnos a asumir el desafío que hoy enfrentamos a medida que la región empieza a preguntarse cómo será el mundo luego del Apocalipsis.